10.9.08

¿Lobby prochileno o negligencia en Perú21?

La privatización de los puertos peruanos y la posible adquisición de éstos por capital chileno es un tema preocupante que, sin embargo, se presenta desde un ángulo distinto en la prensa.

Una iniciativa del vicepresidente Giampietri para establecer ciertas condiciones en la inversión privada en tanto bienes estratégicos ha sido desestimada en el Congreso y presentada por Peru21 como sigue en la edición de hoy:
Quería poner límite a las inversiones.

Claro, aquí la noticia se centra en Giampietri, militar derechista pero que en este caso específico merece todo mi apoyo, y en presentar el tema como un freno a las inversiones. El artículo sobre el tema está lleno de opiniones que califican la iniciativa como "inconstitucional", "medida torpe", "barbaridad mayúscula", etc. y apenas mencionan tímidamente el quid del asunto que es la inversión  de un país vecino, Chile, con el que existe una controversia sobre el dominio del triángulo marítimo entre Arica y Tacna, y cuyo capital adquiriría un facilidad tan estratégica como el principal puerto nacional, en el Callao.

Sospechosamente, Mulder y otros apristas retiraron  la firma de este proyecto, y Perú21 poco más y lo festeja bajo el disfraz de la "libertad de inversiones". 

¿Porqué tanta precaución en plantar bien claro el debate sobre lo conveniente o inconveniente de que se restrinja a países vecinos la adquisición de una pequeña lista de cosas que son de interés estratégico? ¿La locura por cualquier inversión a cualquier costo nos debe llevar a perder la perspectiva de la más elemental lógica geopolítica?

No tengo ningún ánimo en contra del capital chileno, pero tampoco ninguna ingenuidad con respecto a qué riesgos no correr y qué cosas no vender. Tampoco soy ignorante de la existencia de un bien constituído lobby para favorecer a distintos intereses industriales en Chile, quienes tienen todo el derecho del mundo para hacerlo, así como yo tengo todo el derecho del mundo para reclamar:

1) Que nuestros puertos no sean adquiridos por capital de países vecinos, no sólo por una razón de escenarios militares hipotéticos sino por nuestra proyección como nación. En específico con Chile, el Perú compite en desventaja por la primacía económica en el Pacífico Sur. Parece que los gobernantes del país del sur lo tienen muy claro, pero aquí los miopes en el mando no saben qué implica realmente eso, y en vez de acortar la ventaja, planean dar la bandeja servida. ¿Negligencia? ¿Voluntades compradas?

2) Que se debata abiertamente sobre el destino de nuestro gas, que es una reserva no muy grande y una suerte circunstancial en un mundo con una creciente crisis energética. Que quieran venderlo a California, México o Chile como si fuera una mina sin fin implica también o negligencia sobre la proyección a futuro del país, o cosas peores.

3) Que los diarios que parecen de mayor credibilidad como Peru21 informen claramente sobre este tema en vez de derivarlo a otro lado resaltando los lados más irrelevantes, que espero sea negligencia y no la influencia de los lobbies financieros chilenos al estilo Kuscinzky.

4 comentarios:

Durán dijo...

Giampietri was right!

Anónimo dijo...

La naturaleza de las tonterías
Humberto Campodónico comenta el calificativo de tontería que la ministra Aráoz le dio al proyecto del sr. Giampietri, para impedir la inversión de ciertos países en ciertos sectores. Resulta fascinante ver a Campodónico apoyando, siquiera indirecamente, a semejante personaje, especialmente cuando estamos ante una coincidencia que podríamos llamar epidérmica.

Campodónico sostiene que en este proyecto aparece la intención de una derecha nacionalista que "busca frenar la entrega indiscriminada del país", lo cual puede ser cierto si se mira con generosidad la intención del proyecto. A mi entender, y partiendo de la historia reciente, las auto-interpretaciones que los militares tienen sobre su rol, y la relación francamente acomplejada que tenemos con nuestros vecinos, este proyecto de ley busca dos cosas al mismo tiempo: que los chilenos no compren nada que se considere "estratégico" y que se abra un espacio para que los militares o el estado (que los militares en el fondo siguen pensando es casi lo mismo) puedan actuar en la gestión pública.

Esto de nacionalismo, en un sentido capitalista, no tiene nada. Es simple y sencillamente una noción de nacionalismo en donde hay más importancia en prepararse para presuntos conflictos que en desarrollar económicamente el país; lo que en el fondo es un ejercicio de poder. Los militares ven su rol de "institución tutelar" como una posibilidad de dictar las reglas del juego, definiendo qué y cómo debe desarrollarse, siempre en función y bajo la dirección de las fuerzas armadas.

Lo que no quiere decir que Campodónico no tenga razón, en el fondo, sobre la crítica a la crítica de la ministra Aráoz. La idea que la apertura y la inversión extranjera sin medida ni clemencia es la única ruta al desarrollo descuenta que el desarrollo es más complejo que solo crecimiento económico, que bien puede ser que tengamos áreas en donde no valga la pena la inversión extranjera, como el debate de los transgénicos sirve de ejemplo, y que a veces una burguesía nacional es la más indicada para hacer ciertas cosas, como desarrollar la agricultura, al establecer un vínculo más cercano con la población (claro que en el Perú, quién sabe).

Así que ahí está: creo que esta vez, Campodónico está fuera de juego. Lo que no hace que Aráoz esté on-side. Y ciertamente solo confirma que el sr. vicepresidente y congresista Giampietri (a quien llamar almirante por lo que hizo antes de jubilarse de esa ocupación equivale a llamarme Delegado Villanueva por lo que hice en quinto de primaria), como en muchas otras cosas, just doesn't get it.

Anónimo dijo...

Perú 21 pertenece al Grupo El Comercio, y ya sabemos lo que opinaba Gonzales Prada sobre El Comercio.

Anónimo dijo...

FUERA DE CHILE SIMIOS NEGROS CORRUPTOS